domingo, 6 de diciembre de 2009

Reflejo de nosotros mismos





Ayer hablaba con un amigo acerca de la educación en general, de la que se da en la escuela y en la casa. Ahorita estoy trabajando en una secundaria dando clases de italiano y de repente me doy cuenta de cosas que me asustan, hay una falta de respeto constante, entre los chicos  y hacia la persona que está frente a ellos (o sea, yo). Creo que esto se da por una horrible mezcla entre adolescencia y mala educación en casa. Los papás dejan a sus niños solos, para que los cuide cualquier persona (en el mejor de los casos) o la tele, no hay verdadera interacción. Toman todo aquello que les dan sin preguntar si están de acuerdo o no, poco a poco llega la apatía y se dejan llevar como en rebaño.

Los castigos son siempre muy ligeros, amenazan a los niños para darles miedo pero realmente no existen consecuencias para sus actos (ni buenas ni malas). Y esto se refleja en la sociedad en la que vivimos. Las cárceles se convierten en lugares para formar delincuentes profesionales y los que intentan hacer cosas interesantes y útiles son rápidamente callados. Entonces cómo hacer para mejorar esto, ignorarlo no significa que desaparecerá, pero siempre podemos levantarnos y decir lo que pensamos y motivar la reflexión en aquellos que tenemos cerca.

Hace poco vi un par de películas que me hicieron reflexionar acerca de los modelos educativos en el mundo, una película francesa Les choristes (Los coristas) y una italiana Rosso come il cielo (Rojo como el cielo). Esta última trata de un niño que se queda ciego a consecuencia de un accidente, en esa época los niños ciegos tenían que ser separados de la sociedad ‘normal’ para vivir junto con sus ‘iguales’, tenían que aprender a vivir en un mundo de ciegos como si existiera alguno completamente apartado. Este niño se encuentra con una manera nueva de percibir el muno a través del sonido y conecta de alguna manera el mundo de los que ven con el de los que no ven. Aunque al director de la escuela no le gusta esta nueva modalidad de aprendizaje finalmente logran hacer algunos cambios, logran entender que no existe tal cosa como un ‘mundo para ciegos’. Este niño se convierte en un diseñador de sonido muy importante en Italia. La historia se basa en la vida de Mirco Mencacci.

Lo que se aprende en la escuela nos ayuda en la práctica, son cosas útiles; pero lo que aprendemos en casa es lo que realmente nos forma como seres humanos, es lo que nos hace desarrollar nuestra personalidad y carácter. Y nuestra sociedad es un claro ejemplo de la indiferencia que practicamos hacia esta parte de la educación.

¡Hasta la próxima!
Adriana
PD. Les recomiendo la película de Rosso come il cielo, está bien narrada y la música es encantadora.


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